Desde CAEM nos preocupan los recientes anuncios de un nuevo impuesto, ya que de concretarse produciría un fuerte impacto en las operaciones mineras existentes y en las futuras inversiones anunciadas por la minería. Sumar un nuevo impuesto viola la estabilidad fiscal del sector, atentando contra la construcción de un contexto de reglas claras y certezas en materia impositiva, afectando directamente la competitividad de la Argentina. La industria minera pone en marcha a otras industrias y motoriza las economías regionales a través de su cadena de valor (compuesta mayormente por pymes nacionales), y permite la llegada de inversiones que se transforman en el trabajo y las divisas que el país necesita.
La minería argentina posee la mayor presión impositiva minera de la región, pero aun así es el sexto complejo exportador nacional y fue una de las únicas 3 actividades que permitieron el ingreso de divisas para el país durante el 2021. Genera 83.000 puestos de trabajo, con las remuneraciones más altas del mercado. Durante la pandemia, cuando tuvo menor productividad, realizó el esfuerzo de sostener los puestos laborales. Y en un contexto inflacionario, sus paritarias equipararon y superaron los índices de inflación. Además, como a todas las otras industrias, se ve impactada también las subas generalizadas de costos.
La industria minera es uno de los pocos sectores que en la actualidad en nuestro país posee proyectos que, de darse las condiciones, pueden atraer importantes niveles de inversión, que oscilan entre los U$D 600 millones y los más de U$D 4.000 millones, tanto para la ampliación de yacimientos como para la construcción, generando en el corto plazo un importante ingreso de divisas por inversión extranjera directa (IED) y mejorando la actividad y la creación de empleo en las distintas regiones del país.
No existe “renta inesperada” en la industria. Cuando hay subas en los precios de los metales esto ya produce mayores ingresos al país, a partir de generar mayores pagos en retenciones a las exportaciones, impuesto a las ganancias, fondos fiduciarios, regalías, entre otros.
Estamos a la expectativa de los detalles del anuncio para poder realizar un mayor análisis de su impacto, pero partimos de la base de que un nuevo impuesto atenta contra su supuesto objetivo, que es la generación de recursos para el país, ya que perjudica el desarrollo de los actuales proyectos en producción y los que estarían analizando la posibilidad de invertir.